miércoles, 16 de diciembre de 2015

Introducción de la zapatilla de punta en el Romanticismo

Sin ninguna duda una de las notas más características del ballet es la capacidad de las bailarinas de bailar de puntillas. Fue en el romanticismo cuando por primera vez la bailarina María Taglioni se subió sobre la zapatilla de punta para representar el ballet de la Sylphide.



El trabajo de puntas es el más célebre y tradicional distintivo de las bailarinas clásicas. Las puntas son el secreto de su gracia y su encanto, es aquello que las hace a la vista del espectador como un ser sobrenatural y fantástico. En pocas palabras, el papel de la bailarina en el ballet no podría entenderse sin la presencia de las puntas.

Como hemos apuntado, el uso de las puntas dio comienzo en el siglo XIX con el auge de los ballets románticos, siendo la genial María Taglioni quien las utilizó por primera vez. El fin que se buscaba era alcanzar el máximo refinamiento y sutileza de movimiento, tal como lo requería el romanticismo, obsesionado por seres espirituales, hadas y espectros, donde las puntas adquirían especial protagonismo.


El trabajo sobre la zapatilla de punta requiere de una preparación previa y una base técnica que permita afrontarlo con éxito; es por ello que no se realiza en los primeros años de aprendizaje de la danza. También es importante tener en cuenta una serie de aspectos para que la elección que hagamos de la zapatilla de punta sea la correcta. En el enlace que adjuntamos en esta entrada podréis encontrar más información al respecto.






Fuente de la imagen:
https://pixabay.com/es/ballet-bailarina-zapatillas-de-punta-542170/


Fuente de la información y otros consejos sobre el uso de la zapatilla de punta:
http://www.danzaballet.com/el-ballet-y-las-zapatillas-de-puntas-curso-de-iniciacion-a-las-puntas/

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